- Nomenclatura y Apología del Carajo.
- La lengua castellana es tan copiosa,
- En voces y sinónimos, tan rica,
- Que con nombres diversos, cualquier cosa
- O con varias metáforas explica
- Monarca Soberano, y Rey... ¡qué encanto!
- Todo es un mismo nombre repetido;
- Y tres veces también con un sentido
- Son, Pontífice; Papa, y Padre Santo.
- Pero hay de grande aprecio entre los hombres,
- Un cierto pajarraco, o alimaña,
- Que tiene más sinónimos, y nombres
- Que títulos tenia el Rey de España.
- Yo, por tal de evitárosle trabajo
- De una investigación algo penosa,
- Diré que esa alimaña, o quisicosa
- No es el Papa, ni el Rey sino... el Carajo!
- Miembro Viril, o miembro solamente
- Le llama el diccionario... ¡Qué Mezquino!
- Sus nombres en el uso más frecuente
- Son el nabo, el zurriago, y el pepino
- El cimborio, la tripa, y el virote
- (flores son de la Lengua Castellana)
- el visnago, la pica y la macana
- son como la mazorca y el cipote.
- El príapo, la porra, y el chorizo
- El rábano, la pija, y el badajo;
- Picha y ciruela en Español castizo
- Son sinónimos todos del Carajo.
- El vergajo; la guasca, y mango
- el tarugo, el lenguado, y la banana
- el pito, y el vitoque... es cosa llana
- que equivalen al chocho, y al zanguango.
- La butifarra, el tronco, y la batata
- O el lagarto, le llama cualquier topo
- el aquello, o la cosa, la Beata
- y el Fraile, la correa, y el hisopo.
- Muchos suelen llamarle, el trompo, el sapo
- otros, el motillón, y el calabrote;
- los músicos, la flauta, o el fagote
- y el artillero espeque, o sacatrapo.
- Siguiendo a la metáfora la hebra
- Llámanle, el narigón, el nene, el chato
- el tramojo, el merengue y de barato,
- van péndulo, panal, bicho y culebra.
- La berenjena, la pistola, el dómine,
- bien lo sabe cualquiera chuchumeco
- todos vienen a ser Carajo "in nomine"
- lo mismo que el gazapo, y el muñeco.
- En el estilo vulgar, llámanle el rabo
- y algunos el peludo... ¡Impropio nombre!
- pues por más pendejudo que sea un hombre
- no tiene tales pelos en el nabo!
- Tiene otros cien apodos que no cuento
- que aplica cada cual, según su antojo
- como el corvo, la pieza, el instrumento.
- el mondongo, el apéndice, el hinojo.
- El negocio, la polla, y la poronga
- van como suplemento... y pica punto
- que no falta purista que suponga
- que esto el miembro, y cojones todo junto.
- He aquí en todas sus fases, y conforme
- a la ley, por el uso sancionada
- con setenta y tres nombres señalada
- aquella quisicosa-multiforme.
- La cajeta de nombres menos rica
- no puede competirle y alza moño
- aunque ostenta sus títulos, de Chica
- o de raja, argolla, concha y coño.
- Lejos de competirle, queda abajo
- En buena hora, le añadan papo, y chocho,
- Nombres de morondanga... Ellos son ocho
- Y entre todos no valen un ¡Carajo!.
- Yo, en cualquiera emoción, desahogo el pecho
- Cuando un fuerte ¡Carajo! desembucho...
- Interjección potente del despecho
- Que si es echada a tiempo, vale mucho.
- Del sexto en los sentidos corporales,
- es el carajo la mejor prescea;
- y más si es de esos miembros burricales
- que ostentan a la par Fajardo y Zea.
- Palabra comodín, que entra al destajo
- en todo, pues se dice sin reproche,
- fría como un Carajo está la noche
- O caliente está el sol, como un Carajo.
- Un buen gallo contenta a cien gallinas
- y a diez hembras, cualquier mameluco
- y por ser bien armado, el Rey Nabuco,
- se preñó a cuatro cientas concubinas.
- No me vengan hipócritas devotos,
- tratando de indecentes mis razones,
- ellos dicen, testículos y escrotos,
- y se asustan de huevos y cojones.
- El venerable Astete, sin reparo,
- Y en verdad que ninguno lo acrimina
- No fornicar prescribe en su doctrina
- que es decir, no joder hablando claro.
- Masturbación... ¡satánico delito!
- Clama el predicador; pero un galopo
- sigue en la tanda de sobarse el pito
- ¿Porqué? Porque no entiende aquel piropo.
- En asunto de nabo, o de cajeta
- pan, pan, y vino, vino, es lo acertado
- dígase claramente que es pecado
- el hacerse la paja o la puñeta.
- El profeta Ezequiel, dis que Doliba
- se entregaba a cualquiera rodaballo
- con tal de que le arrimasen panza arriba
- Verga de burro, y chorro de caballo.
- Un Carajo de un seme, grueso y sano
- es digno de coronas y guirnaldas
- Así ante tan potente soberano
- Las Nobles y plebeyas, caen de espaldas.
- Hay de Carajos, variedad bastante
- Largos, cortos, redondos, puntiagudos!
- derechos y torcidos, servigudos!
- Y romos y de punta de Diamante.
- Si el miembro de botón, como el de un perro
- se engancha al fornicar y es un estorbo
- y es bueno que sea duro, como un hierro
- y es mejor es derecho, que no corvo.
- En fin, aquí termina mi trabajo
- Si algún censor severo lo condena
- Que me eche un buen Carajo... en hora buena
- ¡Que más quisiera yo, que un buen Carajo!.